Una radiografía es una prueba rápida e indolora que genera imágenes de las estructuras internas del cuerpo, en especial de los huesos.
Los haces de rayos X pasan a través del cuerpo y se absorben en diferentes cantidades según la densidad del material a través del cual pasan. Los materiales densos, como huesos y metales, aparecen de color blanco en las radiografías. El aire en los pulmones aparece de color negro. La grasa y los músculos aparecen como sombras de color gris.
En algunos tipos de radiografías, se introduce un medio de contraste (como yodo o bario) en el cuerpo para poder observar más detalles en las imágenes.
Sin embargo, en general la exposición a la radiación de una radiografía es baja, y los beneficios de estas pruebas superan los riesgos.
Hay que avisar al médico en caso de embarazo o su sospecha antes de exponerse a alguna de estas pruebas radiológicas.
Hay muchos tipos de radiografías simples: de huesos, de tórax, de abdomen, de cuerpo entero, y las hay con contraste: urografías, tránsitos digestivos, etc
Se necesita una orden del médico para poder realizarse esta prueba que indique cuál es la prueba que solicita y cuál es la causa por la que se pide.
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